VALORES - Consejos

Cuidado con los Consejos

Dar consejos se ha convertido en una de las „enfermedades“ y causas de “intoxicación” más frecuentes. Se los suele dar gratis – eso sí – y en gran abundancia, normalmente en caso de malestar, enfermedad, depresión, problemas amorosos o económicos o en el trabajo, etc.

Casi siempre lo hacemos con las mejores intenciones, qué duda cabe.

Pero no siempre las intenciones son tan, digamos puras. En el subconsciente se manejan muchas veces otros propósitos.

Pero !qué bien nos sentimos al ofrecer nuestros sabios consejos, recomendaciones y sugerencias!, ¿verdad? Claro, nosotros sabemos mucho, y el otro, familiar, amigo o compañero – el pobre ignorante – precisa de nuestros consejos. Eso, al menos, creemos.

!Qué buenos somos! !Qué generosos! !Qué Amor sentimos por nuestros prójimos!

Ojalá fuera siempre así, pero !que no nos engañemos!, detrás de tanta benevolencia se esconde muchas veces (no siempre) un puñado de yoes que quieren lucir lo que saben, aunque nadie ha pedido consejo a nadie. !Que bien nos sentimos como pseudo-médicos, pseudo-psicólogos, pseudo-maestros! - ¿Quién no lo ha sentido alguna vez?

Hay que mencionar que no todo el mundo (los que menos) se da cuenta de esta pequeña “trampa” que hacemos con los consejos; es algo básicamente inconsciente, aunque por eso no menos cierto o real.

La pregunta es: ¿Cómo podemos estar seguros de que nuestro consejo sea el más acertado?- Debemos tener mucho cuidado con esto. Porque si el amigo nos hace caso y como resultado le perjudica nuestro consejo o algo va mal debido a nuestra >Sabiondez, ¿quién asume la responsabilidad?

Una cosa es recomendar miel o limones en caso de resfriados, y otra cosa, recomendar medicamentos o terapias (que a lo mejor nos han ayudado a nosotros) que no necesariamente van bien a nuestro amigo, que podría tener algun tipo de alérgia.
¿Sabías p. ej. que el emplaste von arcilla verde NO es compatible con los metales, como puede ser un tornillo puesto después de una fractura de huesos?

Debemos tener en cuenta por lo menos los siguientes aspectos o puntos para evitar daños mayores:

1. ¿Qué es lo que sé del tema en cuestión? ¿Tengo experiencia con ese tema?

2. ¿Realmente me he enterado bien del problema de mi amigo? ¿Le he escuchado lo suficiente como para saber qué le pasa, de qué está sufriendo?

3. ¿Estoy seguro de tener el nivel suficiente de Comprensión, Empatía y Sentido Común para estar a la altura de las circunstancias?
(todo el mundo suele pensar de si mismo que sí, aunque se “sospecha” que el Sentido común es más bien el sentido menos común)

4. ¿Me he parado en pensar en las posibles consecuencias en caso de que me equivoco con mi consejo?

Se ha comprobado que lo de dar muchos consejos suele tener un "efecto segundario" no deseado para uno mismo: Agranda y multiplica nuestros Yoes, como por ejemplo los del >Orgullo, de la >Soberbia, >Sabiondez, etc., lo cual no nos convierte precisamente en personas más deseables o amorosas. - Así que !OJO!, más vale pensárselo antes de consejar y sugerir tanto.